AUTENTICIDAD Y PENSAMIENTO CRÍTICO

AUTENTICIDAD Y PENSAMIENTO CRÍTICO

“Una rebeldía ignorante es fastidiosa”

Cristian Camilo Ortiz Aranda. Grado 10°

Instituto San Juan de Laboyos.

Pitalito, Huila, Colombia.

“El sentido de identidad del individuo requiere no sólo de un contexto social específico, sino también de una valoración que la afirme. La necesidad del reconocimiento de las culturas minoritarias se vuelve entonces un asunto crucial para el estado” (Charles Taylor. Méjico 1993)

En mi escrito quisiera tocar dos temas que me parecen realmente importantes para la formación de una conciencia juvenil y contemporánea: la identidad y el pensamiento crítico; dos factores que considero esenciales a la hora de forjar una coherencia vital, cuya conciencia decida lo que queremos ser y cuya acción oriente nuestros pasos.

La autenticidad como concepto, ha tenido muchos significados y cambios, pero el último y más trascendente, es aquel que Charles Taylor en su obra “EL MULTICULTURALISMO Y LA POLÍTICA DEL RECONOCIMIENTO” define: “identidad como el ideal de la autenticidad"  Este concepto surgido a principios del siglo XX, niega las identidades generales, es decir, más allá de ser americanos, colombianos o huilenses, cada persona tiene una identidad propia; cada ser humano es totalmente diferente y cada forma de ser es válida no importa ni la etnia, cultura o nacionalidad que se tenga; todos tenemos una propia forma de existir en el mundo; no hay que imponer moldes ni crear estereotipos, pues cada hombre es libre de crear su vida mientras se rija por ciertos parámetros generales.

Creo que muchos estarán de acuerdo con esta definición pero sin embargo, muy pocos somos capaces de vivir nuestra identidad de esa manera.  Muchos jóvenes creen que son realmente libres porque hacen lo que quieren, pero lo que ignoran es que son controlados de una manera sutil a través de los medios, pues no restringen solo su manera de vestir, comer y tener, sino algo mucho peor: les dicen como pensar, vivir y actuar, qué objetos materiales deben tener para identificarse con cierta clase social.  Estamos tan agobiados por la sociedad de consumo que ya no distinguimos de lo que nosotros queremos realmente en la vida y lo que la sociedad nos hace querer para cumplir lo que considero uno de sus instintos más primitivos: buscar adaptarse, no a la vida sino a los medios.  Dejar la autenticidad innata por el atavío de la sociedad de consumo.

Mi invitación es a que descubramos nuestra propia identidad.  Tomemos conciencia de lo que somos; que dejemos de sentirnos como un continente subalterno destinado a copiar lo que digan y hagan las potencias. Es una invitación a ser lationoamericanos no por posición geográfica sino por orgullo y por amor a nuestra diversidad y naturaleza.  Mi intención con este escrito es que se reconcilien con su ser y eliminen del lenguaje lo denigrante que nos endilgan y solemos usar porque nos lo heredaron nuestros antiguos opresores.

En este punto quisiera mencionar el pensamiento crítico; en Colombia gracias al fracaso de la política del siglo XX, gracias a la miseria social que este país vivió por tantas décadas, de alguna manera nos volvimos conformes, mediocres algo dóciles ante el hecho de que vivimos en el tercer mundo, que la mitad de nuestros compatriotas viven en la pobreza, que la corrupción de este país es enorme y que incluso hasta nuestra propia vida sería bastante agobiante y trabajosa de no ser por las posibilidades económicas que nuestros padres han logrado.

Hay que abrir los ojos, actuar, exigir y transformar, pero no confundamos el pensamiento crítico con la simple rebeldía en el sentido de ser rebeldes solo por el hecho de no acatar órdenes.  Tengamos una rebeldía fundada en la razón, en el humanismo y en el amor por nuestros semejantes.  La verdadera rebeldía es aquella que enfrenta y soluciona problemas con ideas concretas, con argumentos válidos.  Ser crítico no es pasarse la vida criticando todas las cosas sino tomar conciencia del contexto sociocultural.  Ser crítico es hacer propuestas e impulsarlas incansablemente hasta lograr nuestros ideales y sueños de paz y amor para la humanidad, al tiempo que buscamos los verdaderos objetivos de la vida de cada uno.